Si te gusta fotografiar alimentos y practicás el retrato, ¿por qué no unir ambas disciplinas? Eso hizo el fotógrafo venezolano Pich Urdaneta para su obra La Nevera.
En esta serie de 50 retratos, Urdaneta nos presenta a otros tantos personajes anónimos, usando distintos alimentos como hilo conductor. Sus expresiones a veces son de sorpresa, con alguno de estos productos a punto de impactar contra ellos, pero en otras de las instantáneas encontramos felicidad, complicidad, o serenidad.
(...)
Como no podía ser de otra manera, la obra fue inicialmente expuesta en una cocina, en el curioso encuentro internacional de arte La velada de Santa Lucía, en Maracaibo, donde las casas de una cuadra se ceden como espacio expositivo para los autores.
En esta serie de 50 retratos, Urdaneta nos presenta a otros tantos personajes anónimos, usando distintos alimentos como hilo conductor. Sus expresiones a veces son de sorpresa, con alguno de estos productos a punto de impactar contra ellos, pero en otras de las instantáneas encontramos felicidad, complicidad, o serenidad.
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Como no podía ser de otra manera, la obra fue inicialmente expuesta en una cocina, en el curioso encuentro internacional de arte La velada de Santa Lucía, en Maracaibo, donde las casas de una cuadra se ceden como espacio expositivo para los autores.
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